Originally published in Facebook by The Threshold Society (December 5, 2013)
Translate by: Maryam Khadiya
La segunda selecciÛn nos plantea la pregunta de dÛnde venimos y adÛnde vamos. Es para jÛvenes y viejos, para los inmaduros y los maduros. Describe algo sobre la naturaleza del yo o alma, sobre el proceso de dejar ir y sobre el confiar en la inmensa naturaleza del ser espiritual que tu eres y al que te rindes.
Fruto maduro
[Mathnawi III, 1289-1303]
øRecuerdas cÛmo llegaste a la existencia?
Puede que no recuerdes porque llegaste un poco embriagado.
DÈjame darte una sugerencia:
Deja ir tu mente y luego se consciente.
°Cierre tus oÌdos y escucha!
Es difÌcil hablar a tu inmadurez.
Puede que estÈs a˙n en tu primavera,
sin darte cuenta de que el otoÒo existe.
Este mundo es un ·rbol al que nos aferramos,
nosotros, la fruta medio madura en Èl.
La fruta inmadura se aferra firmemente a la rama
porque, todavÌa no est· madura, es impropia para el Palacio.
Cuando las frutas llegan a estar maduras, dulces y jugosas,
entonces, mordiendo sus labios,
ellas sueltan su sostÈn.
Cuando la boca ha sido endulzada por la felicidad,
el Reino del mundo pierde su atractivo.
Estar firmemente aferrado al mundo es inmadurez.
Mientras que eres un embriÛn,
en todo lo que piensas es sorber sangre.
Hay m·s para decir,
Pero permite al EspÌritu Santo decirtelo.
Puedes incluso decirselo a tu propia oreja.
Ni yo, ni alg˙n otro “Yo” tiene que decirte,
tu quien tambiÈn eres yo.
Al igual que cuando te quedas dormido
dejas la presencia de ti mismo
para entrar en otra presencia de ti mismo.
Escuchas algo de ti mismo
e imaginas que alguien m·s
te ha hablado secretamente en un sueÒo,
pero tu no eres un sÛlo ìtuî,
mi amigo, tu eres el vasto cielo y el profundo mar.
Tu imponente ìTuî, que es de nueve centenares,
es donde un centenar de tus Tu, se ahogar·n.
~ Mevlana Rumi, traducido por Kabir Helminski